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¿Qué es lo que hay en nuestro Sistema Solar?

Desde tiempos inmemorables, los científicos han mapeado la ubicación de miles de objetos en el cielo cada noche. La mayoría parece permanecer en el mismo lugar de una noche a otra, sin embargo, algunos cambian de posición con el tiempo. Aunque muchas culturas antiguas estudiaron estos curiosos objetos, el nombre que se impuso es proveniente de la palabra griega que significa “errante”: planete, o planeta. Y cuando los telescopios pasaron a ser algo común, los científicos se dieron cuenta de que los planetas no eran los únicos objetos errantes: ¡nuestro Sistema Solar también tiene millones de asteroides y cometas errantes!

Pero estos objetos son difíciles de encontrar porque son pequeños, están muy lejos y suelen ser oscuros. Aunque los científicos han encontrado hasta ahora alrededor de un millón de asteroides y cometas, creen que hay decenas de millones distribuidos entre los planetas y más allá de ellos. Y mientras más lejos estos objetos están, son más tenues y difíciles de encontrar.

El Observatorio Rubin tomará imágenes de todo el cielo nocturno del hemisferio sur en un intervalo de pocas noches, una y otra vez durante diez años. Con tantas imágenes repetidas, sabremos el aspecto habitual del cielo y, por lo tanto, nos daremos cuenta cuando un objeto cambie de brillo o posición. Los científicos harán uso de sofisticados programas informáticos para identificar los objetos errantes del Sistema Solar y estudiar propiedades como su tamaño, de qué están hechos y sus trayectorias orbitales alrededor del Sol. El Observatorio Rubin se distinguirá por la detección de objetos débiles y encontrará entre 10 y 100 veces más objetos del Sistema Solar que los conocidos hasta ahora. La información recopilada sobre estos objetos ayudará a los científicos a clasificarlos en diferentes grupos y a descubrir cómo el Sistema Solar llegó a tener el aspecto actual.

Muchos de los descubrimientos serán de objetos cercanos a la Tierra, y es posible que algunos estén en curso de colisión con ella. Los científicos ya han encontrado la mayoría de los objetos cercanos a la Tierra de tamaño superior a 1 km, pero han encontrado menos del 30% de los que miden más de 140 m, los cuales igualmente causarían una gran devastación. Los descubrimientos de Rubin aumentarán ese porcentaje hasta el 60 - 90%. Esto supone una gran mejora, ya que queremos recibir una alerta lo más temprana posible de cualquier posible impacto.

Otros objetos que encontraremos estarán en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Muchos de estos descubrimientos serán asteroides pequeños y débiles, que ayudarán a los científicos a entender cómo los objetos (¡grandes y pequeños!) han chocado entre sí y se han partido en mil pedazos a lo largo de la historia del Sistema Solar.

Un tercer grupo de objetos que encontraremos estará en el cinturón de Kuiper, un disco de asteroides y cometas más allá de la órbita de Neptuno. Esta región es el mejor banco de pruebas que tenemos para estudiar el entorno en el que se formó el Sistema Solar, porque en general está lejos de las influencias de la gravedad o de la radiación que podrían causar cambios drásticos en las propiedades de los objetos que se encuentran en ella. Pero como los objetos del cinturón de Kuiper son tan débiles y están tan lejos, son especialmente difíciles de encontrar. Gracias a la capacidad de Rubin de encontrar objetos tan débiles y distantes, ¡los científicos encontrarán más objetos del cinturón de Kuiper que nunca antes!

Utilizando los datos de Rubin, encontraremos incluso más tipos de objetos. Algunos formarán parte de grupos desconocidos y todos los descubrimientos ayudarán a los científicos a descifrar la historia del Sistema Solar. ¡No podemos esperar a ver lo que van a descubrir!

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