Colaboraciones científicas

Un proyecto de gran envergadura como el del Observatorio Rubin requiere la colaboración de muchas personas para diseñar, construir y probar todas sus partes. Eso incluye la preparación de los datos que el observatorio recogerá y la ciencia que se desarrollará con estas informaciones.

Historia

Las colaboraciones científicas del Observatorio Rubin/LSST son ocho grupos distintos de científicos de diferentes partes del mundo que se han reunido para estudiar temas de diferentes áreas de las ciencias utilizando la Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la Posteridad (LSST) de Rubin – desde los objetos más cercanos de nuestro propio Sistema Solar hasta la vía Láctea y las estrellas más lejanas; además de las supernovas o los agujeros negros que cambian a lo largo de semanas y meses hasta estructuras más grandes como las galaxias que tardan miles de millones de años en evolucionar. De hecho, los científicos son parte importante del proceso de creación y diseño del Observatorio Rubin desde el principio. Las colaboraciones científicas se formaron por primera vez en 2006 para ayudar a elaborar la argumentación científica de los motivos por los cuales el Congreso de los Estados Unidos y otros financiadores debían apoyar la construcción del Observatorio Rubin (entonces llamado "Gran Telescopio para Rastreos o Sondeos Sinópticos"). Todo el esfuerzo ha dado sus frutos. El observatorio fue recomendado como una de las máximas prioridades de la astronomía y la astrofísica en la Encuesta Decadal del año 2010 (un informe oficial que se publica cada diez años) y recibió fondos para su construcción y funcionamiento tanto de agencias nacionales como de fundaciones privadas de los Estados Unidos.

Las colaboraciones científicas en la actualidad

Desde entonces, las colaboraciones científicas han evolucionado hasta convertirse en grupos autoorganizados centrados en las diferentes áreas de las ciencias para cuyo estudio se diseñó el Observatorio Rubin. Las colaboraciones están más organizadas y son más oficiales que un simple “grupo de científicos que trabajan juntos”. Cada una de ellas tiene sus propias políticas de afiliación, normas de publicación, códigos de conducta y otras estructuras necesarias para realizar el trabajo de la forma más eficaz y trabajar en red para aprovechar los conocimientos de cada uno. Las colaboraciones científicas trabajan en contacto estrecho con el Observatorio Rubin en una asociación mutua, proporcionando feedback sobre el diseño del telescopio y la estrategia general para la toma de datos. A cambio, los participantes de las colaboraciones científicas se mantienen al tanto de todo lo que ocurre en el observatorio y forman parte del proceso decisorio de Rubin para maximizar la investigación y garantizar una gran ciencia.

Los científicos pueden pertenecer a más de una colaboración científica, y todas ellas trabajan conjuntamente para que la ciencia con el Observatorio Rubin sea la mejor posible. Las colaboraciones seguirán desempeñando un papel crucial a la hora de guiar la dirección que tomará la ciencia con el Observatorio Rubin a lo largo de los diez años de la investigación.