Cerro Pachón
Un lugar especial
La cordillera de los Andes, dónde se encuentra el Cerro Pachón (lugar de emplazamiento del Observatorio Rubin), es la cadena montañosa más larga del mundo por encima del mar y la segunda más alta después del Himalaya, en Asia. Además, en los Andes hay muchos volcanes. Sin embargo, en el tramo en el que se encuentra el Cerro Pachón no hay ninguno. Los geólogos creen que esto se debe a que la placa tectónica del Pacífico se desliza por debajo de la placa sudamericana en un ángulo que es demasiado superficial para provocar la formación de volcanes. En cualquier caso, la ausencia de volcanes hace que el Cerro Pachón y las montañas que lo rodean sean lugares excepcionales para la astronomía, con sus altas cumbres y su aire seco.
Pero la falta de volcanes no significa que no haya sismos. En el Cerro Pachón se sienten temblores con bastante regularidad, y esa es una de las razones por las que el telescopio de Rubin está montado directamente en un enorme soporte de hormigón incrustado en el estable lecho de roca de la montaña. Como una protección adicional contra las vibraciones (de los sismos o incluso del viento), el soporte es una estructura completamente separada del resto del edificio del observatorio. De hecho, en el interior del observatorio se puede ver el espacio existente entre el enorme soporte de hormigón y el resto del edificio.
El Cerro Pachón también alberga muchas especies de plantas y animales que se han adaptado para sobrevivir en el clima seco y de elevada altitud del desierto. Cactus, arbustos y flores silvestres decoran el paisaje. A veces, zorros vagan por las laderas o cóndores andinos sobrevuelan el lugar, y las vizcachas (adorables roedores que parecen un híbrido de ardilla y conejo) a menudo se unen a nuestros astrónomos en las espectaculares puestas de sol. Debido a su clima desértico, el Cerro Pachón también alberga conocidas especies desérticas tales como lagartos, serpientes, arañas, escorpiones y muchos insectos.